Con el comienzo del curso, los niños vuelven a enfrentarse a las asignaturas de ciencias, que tradicionalmente han cargado con conceptos erróneos. sin embargo estudios recientes prueban que la mente infantil se adapta muy fácil al conocimiento y al método científico, frente a la vieja escuela, las nuevas metodologías de enseñanza fomentan un aprendizaje basado en la creatividad y la curiosidad.
Es habitual que la ciencia se enseñe dando respuestas en lugar de estimular la formulación de preguntas.
Según un estudio publicado en 2012 por investigadores de la Universidad de California, los niños piensan de forma muy similar a la que se emplea en la ciencia. Cuando se enfrentan a los problemas y deben tomar decisiones, los niños formulan hipótesis, hacen inferencias causales y aprenden a partir de la estadística y la observación, métodos que los convierten en “pequeños científicos”.